Bueno, pues este es el proyecto de enero de Adictos, que debía tratar sobre el fin del mundo frustrado. Espero que os guste :)
Era un día
de primavera hermoso, hermosísimo, de esos que hacen surgir hasta en el corazón
menos artístico el deseo de plasmar su belleza en el papel mediante letra o
acuarela para que perviva siempre. El dorado astro solar acariciaba suavemente
las hojas de los árboles, las briznas de hierba y los pétalos de las flores,
dando brillo y calor al pelaje de los animales -ardillas y conejos, en su
mayoría- que, curiosos, se habían acercado a cierto rincón del jardín. En tal
rincón, entre las flores silvestres y las cuidadas rosas, una mujer de
exquisitos rasgos y oscuros ropajes miraba con profundo rencor la estatua de
dos metros de altura de un ángel de grandes alas. Los hombros de piel nívea
contrastaban con el oscuro tejido del vestido corte imperio y de la larga capa
cuya capucha colgaba a su espalda. La estampa tenía tal belleza, a pesar de los
sentimientos que la expresión de la mujer revelaba, que ni sus movimientos ni
sus palabras perturbaron a su público animal.
-Nunca,
pero es que nunca, hacen lo que se supone que deberían hacer. No sé cómo pude
dejarme embaucar para entrar en tratos con un ángel, es una tontería de
principiante.
Ella no
era, desde luego, una principiante. Los rizos rojizos que se curvaban en ondas
sensuales sobre sus hombros desnudos y sus pechos generosos tenían
prácticamente la misma antigüedad que la Creación. Los ojos dorados tenían el
brillo de lo inmortal, los labios carnosos y casi rojos habían pronunciado
palabras en todos los idiomas que el hombre alguna vez hubiera conocido, hablado,
escrito o soñado.
-Y de
todos los ángeles fui a escoger al más tonto de todos. Ya era tonto el día de
la Creación y sigue siendo tonto hoy.
-Vamos,
vamos, Lilith, querida, ya será para menos- la interrumpió la voz de otra
mujer, que había aparecido a sus espaldas mientras la primera se desahogaba.
-¿Que no
es para tanto? Lucifer, es la peor idea que hemos tenido en los últimos...- se
mordió el labio, como haciendo cábalas mentales y luego negó con la cabeza- es
la peor idea que hemos tenido. A secas.
-Para ser
la única mujer viva que ha visto y hablado con Dios, tienes muy poca fe, te lo
digo de verdad. Y eso de llamarme tonta ha estado de más.
-Perdona,
pero para variar esta vez no me refería a ti, Luci, sino a Gabriel. Considero
que nuestro plan para el fin del mundo está abocado al fracaso. Gabriel es el
ángel de la anunciación, no tiene ni una pizca de sentido común en su cabeza
hueca, para él todo es alegría, margaritas y...
-Y tocará
la trompeta en el día del Juicio Final. ¿A quién crees que deberíamos haber
escogido para provocar el Apocalipsis?
-Desde
luego no al arcángel mensajero y de las artes, Luci. Quizás al arcángel
guerrero.
-¿A
Miguel? ¿De veras? ¿Hubieras escogido a Miguel? ¡Me apuntó con su espada de
fuego, Lilith!
-Bueno,
pero estaba equivocado ¿no? Luego se disculpó, creyó que habías atentando
contra Dios y esas cosas. Ya te deja venir al Edén y todo.
-Me es
indiferente, no pienso perdonarle hasta que se disculpe en condiciones.
-Mira,
podríamos haber hablado con alguno de los Cuatro.
-Los
Cuatro cabalgarán después de que suene la trompeta.
-Entonces
sin duda alguna hubiéramos podido despertar al leviatán.
Lucifer
alzó una de sus elegantes cejas negras con escepticismo, sin dignarse a
responder.
-O podrías
haber azuzado al dragón, o quizás hacerte con una de las copas de la ira o…
-Lilith,
hay una diferencia entre acelerar un poco el fin del mundo y tomar parte activa
en ello. Y deja de quejarte, Gabriel ha llegado.
-Bienhalladas
seáis…
-Sí, sí,
bienhallado seáis vos en este tan alegre día de esplendor primaveral y que las
bendiciones del Altísimo caigan sobre vuestros valerosos hombros y todo eso.
-Gracias,
Lilith, sigues siendo igual de amable que cuando dejaste a tu esposo.
-Dijo que
era como las demás bestias de la creación, a su servicio. Tienes que entender
que hay cosas que una mujer no puede tolerar.
-¿Has
traído la trompeta?- inquirió Lucifer en tono amable.
-Pues,
hablando de eso, os vais a reír…
-No sé por
qué creo que no voy a reírme- musitó la primera mujer.
-… el caso
es que de la que venía volando hacia el Edén se me ha acercado Uriel y me ha
preguntado que qué hacía paseando una de las trompetas del Apocalipsis… así que
le conté que me habíais pedido que tocase para vosotras y Uriel soltó una
carcajada…
-Siempre
me ha caído mal Uriel- rezongó Lilith.
-Eso no es
cierto, mujer, lo que pasa es que la inmortalidad te tiene algo
amargada.-repuso Lucifer, haciendo un gesto al arcángel para que continuara.
-… y,
bueno, no sé muy bien cómo pero me dijo que se llevaba otra vez la trompeta
a…hum… el sitio donde se guardan las cosas para el día del Juicio y… esto… me
dio una lira para que pudiese tocaros algo.
-Ves lo
que pasa por mezclarse con ángeles ¿no? Si ya te lo dije, el único ángel inteligente
que había en la Creación eras tú y por un malentendido estúpido ahora van
llamándote ángel caído y cosas así.
-Gabriel
¿cómo vamos a iniciar el Apocalipsis sin la trompeta?
-Lo
importante es la partitura, no sé por qué todo el mundo se cree que la trompeta
hace el trabajo. De todos modos ¿por qué queréis iniciarlo ya?
-Porque
estamos hartas de la publicidad negativa que tenemos en la Tierra y queremos
que Dios aclare el asunto públicamente. Así que cuanto antes acabe el mundo,
antes podrá limpiar nuestros nombres en el Paraíso. La gente dice que me
acuesto con demonios y como bebés, Gabriel. Y a la pobre Luci la llaman el
Maligno. No hay derecho, Gabriel, no hay derecho.
-Bueno,
chicas, mirad, yo creo que con el tema del feminismo ahora puede que la cosa
mejore, pero tenéis que dar un tiempo, no sé, quinientos años más.
-¿Quinientos,
dices?
-No es
mucho.
-Bueno,
supongo que podríamos esperar quinientos años más, para ver si las cosas
cambian…